22/10/13.- Víctor Chávez es un personaje histórico que posee una interesante carrera dentro del deporte nacional como atleta, dirigente, mánager y maestro de generaciones.
Comenzó a interesarse por el deporte desde muy temprana edad, lo que combinaba con sus estudios. Cuando tenía 17 años comenzó a ser reconocido como un excelente pelotero con el equipo Las Salinas, en la categoría A en el Zulia, donde no existía la división AA en la década de los 30.
En su ciudad natal jugó con varios equipos de beisbol AA. Su posición inicial era el campocorto y en uno de ellos compartió con Luis Aparicio Ortega. Este era el mánager, cubría la segunda almohadilla y con el transcurrir del tiempo comenzó a jugar como paracorto, de tan buena forma que pasó a ser conocido, en la historia del beisbol venezolano, como el Grande de Maracaibo. Fue el padre de Luis Aparicio, el único criollo en el Salón de la Fama de Grandes Ligas.
En el año 1937, Chávez se trasladó a Caracas, para estudiar y completó su bachillerato en el liceo Fermín Toro y, al mismo tiempo, jugó con varios equipos.
Defendió la segunda base del Pampero (AA) en 1947. Recuerda que en la tercera base jugaba Obdulio Pedrique y Miguel Sanabria en el campo corto. El estratega era Alberto “Tapatapa” Hidalgo, Luis “Mono” Zuloaga (coach) y el delegado Juan Antonio Yánez, conocido como Yanesito.
“En esa época vino por primera vez a Venezuela en rol entrenador el cubano Reinaldo Cordeiro, de quien aprendí muchos de los secretos del beisbol y algunos señalamientos sobre cómo cubrir la segunda almohadilla”, dijo.
Luego combinó el juego del beisbol y softbol, siempre en la intermedia. En 1948 fue señalado como el mejor softbolista de Venezuela y fue tan notable su actuación, durante varios años como jugador en ambas disciplinas, que el Círculo de Periodistas Deportivos lo honró con un diploma en 1955, firmado por el entonces presidente de esa organización, Sergio Antillano y el secretario Leslie Gruber, “por su meritoria labor deportiva”.
“Cultivé el softbol durante más de 50 años y en 15 como jugador en torneos nacionales e internacionales de la máxima división o doble AA, como se le etiquetaba. Solo me poncharon en dos oportunidades”, expresó muy orgulloso.
DIRIGENTE Y ORGANIZADOR
Aun como jugador se dedicó a servir como mánager en varios equipos de softbol. Promovió la creación del primer club para los trabajadores de la empresa petrolera Creole en Caracas.
El esfuerzo realizado por él y su amigo Frank Gaines tuvo su fruto en 1950, cuando fue inaugurada una sede, que serviría en adelante para reunión de los trabajadores de esa compañía, que con el paso de los tiempos fue establecido como Centro Social Deportivo Creole Caracas (CSDCC).
Con ese Centro como base creó equipos de softbol de la citada empresa y él actuaba como piloto y entrenador, además de organizador de los torneos internos.
Su actuación como dirigente igualmente fue fructífera. En 1957 fundó y fue presidente de la Liga de Softbol del entonces Distrito Federal, que se constituyó en la primera organización de esa disciplina en el centro del país.
Ese mismo año creó y, al mismo tiempo, fue el presidente de la Asociación de Softbol del Distrito Federal y comenzó a realizar los campeonatos internos, en todas las divisiones de ese deporte.
Se reunió con varios dirigentes en 1958 para fundar la Federación Venezolana de Softbol de la cual fue elegido en forma unánime para el cargo de presidente.
También ese año organizó el primer campeonato nacional de la máxima categoría (AA), que se llevó a cabo en el estado Lara y donde el Zulia quedó campeón.
Al año siguiente se efectuó el segundo torneo nacional AA, bajo su conducción, en instalaciones del estado Zulia, donde quedó el Distrito como monarca.
Es conocida su honradez en todos los ámbitos en los cuales actuó y dice muy orgulloso.
“Nunca cobré viáticos ni emolumento alguno en mi vida como pelotero aficionado ni como dirigente”, puntualizó.
JULIO BARAZARTE/CIUDAD CCS
FOTOS CORTESÍA RAÚL DOMÍNGUEZ
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