Alimentos para el Alma

"No es la superficie lo que debemos cambiar, es el hombre, comencemos por nosotros mismos dando ejemplo, de que estamos impregnados de la nueva idea"

Hugo Rafael Chávez Frías

martes, 10 de diciembre de 2013

A 154 años de la Batalla de Santa Inés

El 10 de diciembre de 1859 quedó demostrada la habilidad militar del general Ezequiel Zamora, aquel hombre que un día proclamó, “¡Tierra y hombres libres!”.
Aquella jornada fue parte de la Guerra Federal o también llamada Guerra Larga, uno de los capítulos más violentos en la historia venezolana, que enfrentó a los conservadores, la oligarquía gobernante enriquecida a costillas del pueblo, y los federalistas, quienes deseaban modificar el orden social para instaurar un sistema promotor de la justicia social y en el que se abolieran las desigualdades.
La Batalla de Santa Inés, librada en el actual territorio del estado Barinas, fue una de las más importantes de la Guerra Larga. En este conflicto, los federalistas estuvieron bajo el mando del general Ezequiel Zamora y los conservadores fueron comandados por Pedro Estanislao Ramos. Tras varias horas de combate duro y aguerrido, al final del día 10 de diciembre, el triunfo recayó en el ejército federal, dejando numerosas bajas en los soldados manejados por la oligarquía imperante.
EL PLAN BRILLANTE
Corría el año 1859. Eran tiempos en los que pululaba en la sangre de los campesinos venezolanos un sentimiento de necesidad de cambios sociales. En noviembre de ese año, las fuerzas de Zamora tomaron rumbo hacia el estado Barinas, secundados por Crisóstomo Falcón, puesto que eran perseguidos por el ejército gubernamental de occidente, bajo las órdenes de Pedro Ramos, quien representaba a la oligarquía a cargo del poder, ocupado por el conservador Julián Castro.
La concentración de las fuerzas federalistas en tierras barinesas quedó concluida el 9 de diciembre de ese año. Allí, el general Zamora tomó una posición defensiva y formuló un plan que consistía en un repliegue ejecutado por las avanzadas, para atraer al agresor a un área donde sería destruido mediante un contraataque sorpresivo y contundente.
La idea era que, en este ataque, las fuerzas conservadoras recibirían las descargas del máximo poder de combate del ejército federal, según explica una nota publicada en la página web de la emisora YVKE Radio Mundial.
Zamora organizó un ingenioso sistema de trincheras que ofrecerían fiera pero pasajera resistencia a los soldados conservadores, a fin de hacerles creer que tendrían una fácil victoria y conducirlos a una trampa mortal en Santa Inés.
El plan funcionó. Las tropas del gobierno de Castro penetraron en el dispositivo y en la medida que avanzaban suponían que los federales eran vencidos y se adentraban más profundamente en el campo de batalla preparado por el general de los hombres libres.
Al final de la mañana del 10 de diciembre, después de rebasar numerosas trincheras y tener una buena cantidad de bajas humanas, se enfrentaron en el sector denominado El Trapiche, donde comenzó la primera verdadera línea de la defensa de Zamora.
A partir de este punto, se inició la batalla. Los conservadores tomaron ese lugar, pero continuaron perdiendo soldados y buena parte de su fuerza militar. Cuando quisieron avanzar más, sonaron las campanas en Santa Inés y Zamora exclamó: “Pisaron el peine”, se lee en la sección de efemérides Tal día como hoy, del diario Vea.
Después de El Trapiche, la tropa de la oligarquía reinante se encontró con fortificaciones más poderosas cuyos fuegos diezmaron a sus efectivos. Al sufrir espantosas pérdidas, comprendieron su inexorable derrota e iniciaron la retirada sobre un montón de cadáveres.
Éste fue el momento en el que Zamora pasó de la defensiva a la ofensiva. Su ejército se abrió en alas y cargó sobre las huestes de sus enemigos. Al oscurecer, en la llanura de El Bostero, las tropas revolucionarias acabaron con los restos de sus contendientes.
Este hecho es de suma importancia porque evidenció una significativa unión cívico-militar, dado que Zamora puso en práctica el método guerra de guerrillas, que incluyó a campesinos en su ejército.
NO PUDO CONCRETARSE
La victoria de Santa Inés que Zamora había predicho sería la “tumba militar de la oligarquía” dio paso a una ofensiva hacia Caracas que tenía que culminar en febrero de 1860, con la toma de la capital, con el objetivo, en palabras de su lugar teniente Francisco J. Iriarte, de “terminar con la oligarquía de opresores y hacer la revolución”.
Antes de poder completar el plan, el general cayó abatido en San Carlos, actual estado Cojedes, el 10 de enero de 1860. El autor material de este asesinato fue el sargento G. Morón, pero aún no se conoce con exactitud quién fue el responsable intelectual, reza el texto difundido en la web de YVKE Radio Mundial.
Pese a que este hecho ocurrió hace más de 150 años, hoy día aún simboliza la resistencia contra la oligarquía y la defensa de los logros obtenidos en un proyecto de sociedad más justa, que trascienda las fronteras de Venezuela para hacerse continental.
Victoria ratificatoria en el año 2004
 
El domingo 15 de agosto de 2004 se vivió la segunda Batalla de Santa Inés en Venezuela. En este caso no se trató de un conflicto con armas punzantes o de fuego, sino en un proceso electoral que fue bautizado así por el Líder de la Revolución Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías.
Aquella jornada dominical marcó un hito en la historia política y electoral del país, pues fue la primera vez que un Presidente en ejercicio fue ratificado por su pueblo, con un apoyo popular altísimo, que representó en cifras casi el 60 por ciento de los electores que participaron. Ese proceso comicial fue convocado meses antes por la oposición a Chávez.
Venezuela es uno de los pocos países del mundo en cuya Constitución se contempla la figura del Referéndum Revocatorio, a la mitad del mandato, de aquellas personas que han sido electas para ocupar cargos de carácter público.
Contexto de la época
La Guerra de Independencia derivó en la instauración paulatina de una hegemonía implementada por una oligarquía criolla que estableció un sistema de dominación, traicionando los ideales políticos y reivindicativos que enarbolaron Bolívar, Sucre, Miranda y el resto de los patriotas nacidos en esta Patria.
A esto se suma que la Independencia de España aún dejó sin resolver desigualdades sociales que se anidaron en la sociedad colonial. Esto trajo como consecuencia que surgieran movimientos sociales de rebelión ante las injusticias, después de 1840, como el que dio vida a la posterior Guerra Federal, se puede leer en una nota histórica publicada en el portal web del Partido Socialista Unido de Venezuela.
En ese contexto, Zamora se convirtió en el líder al fin encontrado, para canalizar todo un deseo de igualdad social que surgió durante el proceso de descomposición de la sociedad colonial. Todo su programa político de lucha se expresaba en la consigna: “Tierra y hombres libres”.
CIUDAD CCS

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