09/05/13.-Alí Gómez García
fue un revolucionario nacido en la ciudad de Caracas, en la populosa parroquia
de La Vega, en 1951. Con grandes sacrificios logra cursar estudios de primaria
y secundaria. Posteriormente ingresa a la Escuela de Medicina de la Universidad
Central de Venezuela (UCV) para cursar estudios superiores.
Desde muy joven participa en
las luchas sociales que se desarrollaron en esta parroquia combativa que es La
Vega, al lado de viejos camaradas del PCV, MIR y del PRV-FALN, así como del sacerdote
jesuita Francisco Wuytack.
En la UCV pasa a militar
abiertamente dentro de las filas del PRV-FALN (Partido de la Revolución
venezolana-Fuerzas Armadas de Liberación Nacional). Por sus actividades en esta
organización clandestina, los gobiernos puntofijistas, tanto de Acción
Democrática como de COPEI, desencadenaron una persecución y hostigamiento
contra él y otros revolucionarios.
Esta situación lo obliga a
abandonar sus estudios de medicina en la UCV e incorporarse al Frente
Guerrillero José Leonardo Chirinos, que seguía operando en el estado Falcón en
1969. En esta guerrilla permanece por espacio de 4 años.
Ya finalizada la década de
los años setenta (1978), se incorpora al Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN), que durante esos años libraba feroces combates junto al pueblo
de Nicaragua para derrocar la dictadura del sátrapa Anastasio Somoza García, la
cual se había mantenido con la ayuda de los Estados Unidos.
EJÉRCITO POPULAR
Derrocada la dictadura del
sátrapa Somoza, el 19 de julio de 1979, y a la llegada del Frente Sandinista al
poder, Estados Unidos busca acabar con este proceso revolucionario a través de
la organización de mercenarios y antiguos guardias nacionales de la dictadura
somocista. Desde sus bases en Honduras, esta contrarevolución, con el apoyo y
asesoramiento del imperio del Gobierno norteamericano realizaba asesinatos,
incendios de fábricas, escuelas, plantaciones e instalaciones del gobierno
sandinista.
Ante esta amenaza de la
contrarrevolución al pueblo de Sandino, Alí Gómez García cierra filas con sus
camaradas del Ejército Popular Sandinista (EPS) para combatir a estos
mercenarios. En esta unidad élite del EPS Pablo Ubeda, este revolucionario
venezolano se encontraba en calidad de explosivista. Fue condecorado con la
orden militar Marcos Somariba en su primera clase por su arrojo y valentía en
el combate contra estos enemigos del pueblo de Nicaragua y de la Revolución
Sandinista.
Para abril de 1985, en la
presentación de su libro titulado Falsas, maliciosas y escandalosas reflexiones
de un ñángara, en la ciudad de la Habana, Cuba, durante el premio Casa de las
Américas, declaraba: “Yo soy un joven venezolano, bolivariano, martiano y
sandinista, y todos los días me enfrento con la muerte”.
Un mes después, el 8 de mayo
de 1985, caía en combate cuando enfrentaba a la contrarrevolución en la
frontera de Nicaragua con Honduras, la cual era asesorada, adiestrada y armada
por el Gobierno de Estados Unidos a través del teniente coronel Oliver North y
los agentes mercenarios cubanos de la CIA, Posada Carriles y Felix Rodríguez.
En este revolucionario venezolano está centrada aquella frase del general César
Augusto Sandino cuando dijo: “El hombre que de su patria no exige más que un
palmo de tierra para su sepultura merece ser oído, y no solo oído, sino ser
creído”. ¡Honor y Gloria a Alí Gómez García!
ADOLFO MATA/ESPECIAL CIUDAD
CCS
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