Alimentos para el Alma

"No es la superficie lo que debemos cambiar, es el hombre, comencemos por nosotros mismos dando ejemplo, de que estamos impregnados de la nueva idea"

Hugo Rafael Chávez Frías

viernes, 19 de abril de 2013

NO A LA GUERRA CIVIL DE CAPRILES

OPINIÓN Por: RONALD MUÑOZ

En 1923 la agitación política y social en España desemboca en el golpe militar liderado por el general Primo de Rivera. La disolución del parlamento y los altos niveles de represión encienden la llama del sentimiento republicano. En 1931 el rey es depuesto y es instaurada la República. En 1936, tras la victoria en las elecciones por parte de la coalición de partidos de izquierda, nuevamente un grupo de militares de derecha se rebela, dando inicio a la Guerra Civil española.

El 4 de noviembre de 1970 Salvador Allende era proclamado presidente de Chile. El gobierno izquierdista inicia una fase de transición hacia el socialismo que comienza con la nacionalización del cobre y otras áreas estratégicas de la nación. El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet lidera un alzamiento militar que concluye con el derrocamiento y asesinato del presidente constitucional y que daría inicio a uno de los más sanguinarios regímenes autoritarios de la historia de este continente.

La historia nos enseña que la actitud constante de la derecha es el irrespeto a la voluntad del pueblo, siempre que esta sea la construcción del Poder Popular, es decir, el desarrollo de gobiernos que, levantando el estandarte de la izquierda, generen políticas de profundización de la democracia, acentuación en lo social, y establecimiento de la soberanía nacional libre de la influencia de las potencias extranjeras.
 Venezuela no ha sido ni es la excepción: nunca; jamás en 14 años se escuchó una declaración clara de la derecha que reconociera la legitimidad del gobierno de Chávez y su carácter democrático. Solo después de la desaparición física de Chávez hicieron reconocimiento a su liderazgo, mucho más por estrategia electoral que por un verdadero sentimiento de respeto al legado del Comandante.

Que ahora no reconozcan la “legitimidad” del gobierno del presidente Maduro no es ninguna sorpresa. Si jamás reconocieron a Chávez que ganaba por millones de ventaja es ingenuo creer que aceptarían una derrota por cientos de miles votos. Y tal como ha sido la característica histórica de la derecha, despliegan nuevamente su plan para la toma violenta del poder.
Ante el anuncio de los resultados el candidato de la derecha inmediatamente desconoció la voluntad de la mayor parte del pueblo, y convocó a protestas que desembocaron en el fallecimiento de ocho compatriotas, más de 50 heridos y varias instalaciones de salud pública atacadas.

Con la irresponsabilidad que lo caracteriza desde el inicio de su trayectoria política, Henrique Capriles Radonski desconoce cualquier responsabilidad sobre los actos cometidos por sus más fanáticos seguidores manifestando que a él no se le puede adjudicar ninguna culpa sobre eso.
A estas alturas es evidente que el gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha un nuevo intento de golpe de Estado contra Venezuela, esta vez bajo la fórmula exitosa de Siria y Libia, fórmula que se caracteriza en instigar el odio entre la población a fin de generar una guerra civil que comienza con el desarrollo de actos violentos de dudosa autoría. El que dude esto es solo porque ignora la historia de los pueblos del tercer mundo, una historia llena de intervenciones directas y encubiertas por parte de las potencias colonialistas de siempre a fin apuntalar el control sobre mercados y recursos estratégicos existentes en nuestros territorios.
Si Capriles Radonski ha retirado su marcha contra el CNE esta semana no se debe a que tenga ningún tipo de consciencia, sino básicamente a tres factores que le tumban esta fase del plan. El primero es que el pueblo venezolano, tanto el bolivariano como el opositor, es amante de la paz, por eso los sucesos ocurridos a raíz de su llamado y que tuvieron un saldo de varios muertos generaron rechazo en sectores que le dieron el voto en las elecciones, sabe que la opinión sobre estos hechos no le son favorables. El segundo factor es que al restituirse las clases, en gran medida vuelve la normalidad al país, y todos aquellos que se desempeñan en el área productiva y comercial lo menos que desean es la paralización de actividades, máxime cuando persiste en la memoria de muchos el recuerdo del paro petrolero convocado por la derecha, el cual generó la quiebra de muchas empresas y comercios sin que después nadie respondiera por eso, de manera que ante la normalización de actividades una convocatoria a protestar que no hubiese tenido mucho respaldo, hubiese sido un fracaso político para la derecha. Pero el tercer factor fue la orden de acuartelamiento de todas las policías emitida por el gobierno. La ultraderecha sabe que sin el brazo armado que constituyen sus policías municipales y estadales se les hace imposible la activación de la fase violenta de su estrategia, dado que estas, en algunos casos han sido utilizadas como cuerpos de choque en escenarios de confrontación, a fin de generar caos, muerte y zozobra. Basta recordar el papel de ciertas policías durante el golpe de Estado de abril de 2002. Obviamente hablamos de determinados funcionarios, no se puede generalizar.
Por otra parte, no puedo terminar sin recalcar el papel fundamental de la red transnacional de radio, televisión y prensa escrita en todo este plan desestabilizador. La guerra de IV generación que es la que el Pentágono aplica desde varios años, evidentemente tiene el componente bélico, pero ahora la mayor arma es la manipulación de la información. Esto es tanto para desacreditar la imagen de un gobierno insurgente y colocarlo contra el mundo y contra parte de su propio pueblo, como también para mermar la moral de quienes defienden a su patria: Globovisión en este momento es un arma de guerra dirigida a sembrar el odio de pueblo contra pueblo. En menos de un mes publicaron más de tres veces informaciones falsas tanto en tv como en su página web, y de manera planificada omite todo hecho que sea desfavorable para su causa. De haber sido los ocho fallecidos de ayer víctimas de un suceso confuso en el que se pudiese culpar al gobierno, hoy en la ONU estuviesen decidiendo una intervención militar contra Venezuela basándose en imágenes manipuladas por Globovisión que serían transmitidas por todas las transnacionales de televisión en el mundo.
Capriles está jugando con fuego: está liderando una acción política dirigida a desencadenar una guerra civil en nuestro país a fin de justificar una intervención extranjera. Una sola movilización de opositores donde alguien suelte un disparo desde tierra o un edificio bastará para que se cumpla el objetivo de ellos.
Afortunadamente tienen dos elementos muy importantes en contra que son el contexto internacional, esquivo para ellos gracias a la existencia de la Unasur y la Celac, pero además tampoco tienen apoyo en las Fuerzas Armadas gracias a un proceso de depuración y afianzamiento de la misma en el ideal bolivariano.
El escenario de guerra está planteado desde el norte y solo la unidad del pueblo podrá detener la conjura. Aprovecho para dirigirme a todos aquellos hermanos y hermanas de esta patria que votaron por Capriles –mi problema no es con ellos sino con sus irresponsables dirigentes– para ellos nuestro más sincero respeto y afecto venezolano, a ellos les pido no caer en planes de quienes pretenden encender esta patria: cuando todo comenzó en Siria y Libia mucha gente creyó en quienes actuaban con apoyo desde el exterior… vayan y pregúntenle a esa gente ahorita lo que haría si pudiese regresar el tiempo.

Ciudadccs

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