OPINIÓNNELSON GUZMÁN
Hugo Chávez remueve el pesimimo del alma colectiva de los venezolanos. Los gobiernos de la democracia corrompida habían naturalizado el delito. Todos creíamos que las esperanzas se habían desvanecido para siempre, Venezuela era un festín donde todo se podía. La democracia adeco-copeyana dilapidó una fortuna en cuatro décadas de gobierno.
El estamento militar había olvidado los ideales patrios. La vida de los militares transcurría en los casinos, en los negocios y en la francachela. El alma colectiva venezolana cuando llega Hugo Chávez al poder marchaba hacia los abismos y desfiladeros. La filosofía de Chávez y los militares del 4 de febrero pretendían rehabilitar la Patria y para ello había que levantar las banderas de la libertad.
El infortunio había llevado a Venezuela al pesimismo. Chávez recupera para el pueblo la mística revolucionaria. Los comunistas y socialistas habían sido diezmados por la democracia cuartorepublicana. Las riquezas del país no estaban puestas para ayudar a los venezolanos. El petróleo había convertido a Venezuela en una tierra consumista. Se nos pretendió imbecilizar. El país había sido relegado al atraso. Creer para los venezolanos era un lastre, a pesar de la riqueza del subsuelo la vida era quejumbrosa, sin posibilidades.
Los programas de formación académica para los becarios en el exterior se habían convertido en un fiasco incontrolable, todo anunciaba la tempestad. De la noche a la mañana en Venezuela se habían amasado enormes fortunas. Venezuela navegaba en el dispendio, en la ebriedad y en la locura de no poseer un norte. Los proyectos socialistas en América Latina habían sufrido golpes importantes como la muerte del Che Guevara en Bolivia en 1967. Igualmente, la izquierda venezolana había sido derrotada y se había subsumido en el pesimismo.
El triunfo necesitaba de nuevas estrategias, había que emprender un camino seguro y este no era otro que el despertar de la conciencia histórica. Chávez rastrea el imaginario del pueblo venezolano, revive en la memoria los viejos guerreros que parecían extenuados. Los partidos socialistas lucían entregados al enemigo, habían perdido la brújula; ésta se recupera en el 98 con el triunfo electoral de Chávez.
El país necesitaba una nueva constitución y ese camino se emprendió con la fe en la siembra de la democracia. Las élites ladinas disfrazadas de progresistas no aceptaban la Ley de Tierras, la consideraban pecaminosa. La Iglesia se refugia en su conservadurismo secular y conspira para derrotar al gobierno de Hugo Chávez.
Chávez siente que tuvo sentido la empresa emprendida por el Che Guevara. La oligarquía latinoamericana lo señalaba como un aventurero soñador, algo así como una figura enajenada que tenía la pasión crística de entregar su vida. Jean Paul Sartre dijo que, el Che señaló un camino de amor, creyó en la redención de los hombres e insurgió contra las cadenas del totalitarismo y la injusticia.
La industria cultural comercializó la figura del Che, lo encontrábamos en las camisetas de los jóvenes, en los zapatos. Ese intento de devastar la figura de Guevara no tuvo éxito, pues su lucha fue por lograr la equidad y la inclusión. Esas luchas habían comenzado con Bolívar, con Sandino, con Martí.
EL ideario del chavismo tiene como égida fundamental lo nacional. Los pueblos no pueden doblarse de rodillas ante los imperios. El pueblo y la Fuerza Armada tienen una tarea: la emancipación.
El chavismo rechaza el modelo capitalista neoliberal, considera que hay que superar los obstáculos del neoliberalismo. El Estado debe estar atento con respecto a las riquezas de las naciones y el bienestar de los ciudadanos. No se pueden vender los países a los grandes capitales. Lo anterior implica fortalecer la educación, la salud, el empleo. Venezuela marcha hacia su soberanía alimentaria, esto implica poner el dinero de la nación en el desarrollo de programas que tecnifiquen a la población. Esto lo lleva a ser criticado por la burguesía venezolana. La lucha contra Chávez ha sido fundamentalmente mediática y golpista.
El modelo venezolano al socialismo ha buscado intensificar las relaciones económicas y culturales con otros países de América Latina. La integración debe hacer posible el abaratamiento de las medicinas, de los alimentos y de la tecnología. El país sigue siendo duramente castigado por la canalla mediática que insiste en diabolizar nuestras relaciones con Cuba, con Nicaragua, con Trinidad, Barbados y Las Granadinas, entre otros. Esto ha llevado al recelo de Estados Unidos.
A Chávez se le ha señalado e imputado de hacer política exterior con una gran chequera.
Hugo Chávez termina rompiendo con la izquierda socialdemócrata y corrompida, esta se desajenó de todas sus propuestas socialistas. La historia le demostró a Chávez que esta izquierda terminó pactando con sus enemigos históricos. Esa izquierda terminó abominando al socialismo por considerarlo una ideología inviable y utópica. Los antiguos líderes de la resistencia contra Pérez Jiménez y de la democracia betancurista terminaron haciendo fuerza con los líderes de la democracia corrupta que los persiguió y torturó.
El gran logro de Chávez fue haber puesto Pdvsa al servicio de los necesitados. Se abrió la caja negra. Las riquezas del petróleo han servido para sostener las nuevas universidades abiertas en el gobierno de Chávez, igualmente ha sostenido las misiones. Un ejemplo palpable es la Misión Barrio Adentro, los médicos comenzaron a prestar servicios en los barrios y cerros de Caracas. El vasto universo cultural y político se ha complejizado, las universidades han sido obligadas a crear alternativas para los discapacitados. Se impulsa la idea de que todos deben estudiar, esa sería la mejor manera de servirle a la Patria. El descrédito hacia los médicos cubanos es una constante en Venezuela. Las campañas publicitarias buscan sembrar la duda y la cizaña. La oposición se niega a ver los progresos que se han realizado en materia de salud. La asistencia social ha mejorado una enormidad en el país.
Cada día la televisión privada anuncia cataclismos, se dice que estamos a punto de zozobrar. Venezuela camina hacia la construcción de un Estado Comunal que facilite la toma de decisiones. Las comunas deben poseer fábricas, plantas de preparación y de conservación de alimentos. El país debe marchar hacia la independencia tecnológica. El Estado socialista debe garantizar la paz social y el desarrollo de la economía.
Venezuela está obligada a escapar de la intención totalitaria de la oposición, obcecados sueñan con golpes militares, con catástrofes. La agenda infernal no le sirve a nadie, solo demuestra lo dolida que está esa oposición apátrida que no ha sabido catalizar una oposición sana al chavismo. El nuevo país que se construye desde hace 14 años necesita la inclusión de todos los venezolanos. El gobierno desde hace tiempo intenta capacitar a los venezolanos más humildes para poder darle respuesta al problema de la miseria. El modelo social planteado enfila al socorro de los venezolanos de menores recursos. Esto incluye la dotación a los niños en las escuelas de las Canaimas y las Canaimitas.
Venezuela ha asentado su política basada en la cooperación de los otros países de la región, se debe superar el modelo rentista y diseñar un país que pueda producir lo que consume, esto necesitará tiempo, pero los pasos fundamentales se han comenzado a dar. Esto implica comunicar el país, borrar las diferencias entre la capital como gran centro poblado y las regiones. Se han importado distintas razas de ganado del sur a los fines de crear las vías en el futuro de la soberanía alimentaria. Ahora bien, todo esto se ha hecho en un país que marcha en paz y que cuenta con dinero suficiente que permitirá elevar el nivel de vida de los venezolanos. Esta tarea la han emprendido Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Jorge Arreaza y el resto del gobierno. Es vergonzoso que la oposición apátrida siga creyendo que las tensiones desconfigurarán el chavismo y la unidad nacional.
ILUSTRACIÓN: UNCAS
fuente CCS
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