No merecen ningún valor, por carecer de sólidos
argumentos, las opiniones de aquellos quienes se limitan a juzgar la historia
de este país solamente por los últimos 14 años del Gobierno chavista, solamente
por el hecho de no conseguir harina de maíz, azúcar u otros productos
artificialmente escaseados, sin tomar en cuenta lo que ha sido nuestro pasado
desde la llegada de los españoles en 1498; un pasado donde los encomenderos
(familiares y vasallos de los Reyes de España) se apoderaron de estas tierras
por la fuerza de las armas y sometieron a la esclavitud y asesinaron a millones
de aborígenes y negros africanos; un pasado donde imperaba la “Ley del más
fuerte” y donde los negros y esclavos eran considerados menos que animales; un
pasado donde Bolívar y sus compañeros de ideales y de lucha lograron echar al
poder militar español, pero dejaron intacto al poder económico de las grandes
familias oligarcas esclavistas (que desterraron a Bolívar) y cuyos
descendientes, que gobernaron durante 168 años (desde 1830 hasta la llegada de
Chávez), entregando la riqueza petrolera a las oligarquías estadounidenses, continúan
siendo aún muy poderosos (generando escasez artificial y encarecimiento de los
productos fabricados o importados por sus grandes empresas) y desean seguir
poniendo en práctica lo que aprendieron de sus ancestros: mantener el poder mediante la represión y la violencia de las armas, única forma de
imponer un sistema de gobierno basado en la injusticia y en el predominio del
más fuerte sobre el más débil.
¿O es que acaso no existió esclavitud en este país? ¿O es
que acaso la mayoría de las fortunas de los oligarcas de abolengo no provienen
de ese trabajo esclavo? ¿O es que acaso
la mayoría de los que habitan los barrios marginales de este país no son los
descendientes de esos esclavos que fueron “liberados” y dejados en el desamparo
total, sin tierras, sin dinero y en dependencia absoluta de los terratenientes?
¿O es que acaso durante la dictadura de Juan Vicente Gómez no se otorgaron
concesiones
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