Alimentos para el Alma

"No es la superficie lo que debemos cambiar, es el hombre, comencemos por nosotros mismos dando ejemplo, de que estamos impregnados de la nueva idea"

Hugo Rafael Chávez Frías

jueves, 2 de mayo de 2013

¿Qué es el fascismo? (II)

OPINIÓN RONALD MUÑOZ

En una primera entrega de este trabajo realizamos un breve análisis sobre la naturaleza del fascismo. En principio era necesario determinar tal como lo hicimos, que el fascismo como sistema de gobierno es una emanación del sistema socioeconómico conocido como capitalismo. También era importante esclarecer que la izquierda desde su nacimiento siempre ha planteado la construcción de un sistema socioeconómico diferente y antagónico al capitalismo.

Por ser precisamente la izquierda la que ha denunciado y se ha enfrentado contra las miserias del actual modelo socioeconómico hegemónico a nivel mundial, defender el capitalismo fue siempre el principal objetivo de los partidos y movimientos fascistas:

“Fui a una reunión de marxistas, pero allí se negaba todo. La nación no era otra cosa que una invención de los capitalistas; la patria, un instrumento de la burguesía destinado a explotar a la clase obrera; la autoridad de la ley, un medio de subyugar al proletariado; la escuela, una institución para educar esclavos y también amos; la religión, un recurso para idiotizar a la masa predestinada a la explotación; la moral, signo de estúpida resignación, etc. Nada había, pues, que no fuese arrojado en el lodo más inmundo”. Adolfo Hitler.

“Nosotros nos diferenciamos inconciliablemente de todas las sectas socialistas, pues rechazamos todo internacionalismo, sea cual fuere, toda intervención del Estado en asuntos económicos”. Benito Mussolini.

“El fascismo no es, no puede y ni quiere ser la guardia de los privilegios del individuo o de la clase, sino que quiere ser la guardia que tutela la seguridad y la grandeza indudable del pueblo italiano”. Benito Mussolini.

“Crearemos una España fraternal, una España laboriosa y trabajadora donde los parásitos no encuentren acomodo; una España sin cadenas ni tiranías judaicas, una nación sin marxismo ni comunismo destructores, un Estado para el pueblo, no un pueblo para el Estado”. Francisco Franco. España.

“Los derechos humanos son una invención, muy sabia, de los marxistas”. Augusto Pinochet. Chile.

“Prácticamente limpiamos de marxistas la nación”. Augusto Pinochet. Chile.

Mientras la lucha de la izquierda es por la construcción de una nueva forma de sociedad mundial, sin explotadores ni explotados, sostenida por la distribución justa de la riqueza, la lucha del fascismo es solo por la preponderancia geopolítica de una nación o una raza sobre el resto de la humanidad, manteniendo el orden socioeconómico existente con todas sus desigualdades.

EL FASCISMO Y LA VIOLENCIA

¿Qué tienen en común la Guerra Civil Española, la dictadura de Pinochet en Chile, la dictadura de la Junta Militar en Argentina o la guerra interna en Colombia? Pues, que todos estos nefastos episodios se desencadenaron a raíz de una victoria electoral de la izquierda en elecciones abiertas y democráticas o en escenarios en los que la victoria de la izquierda o líderes verdaderamente progresistas estaban cerca de consumarse.

En todos estos casos fueron siempre la derecha y la ultraderecha quienes, acostumbradas a ejercer el poder, desarrollaron mecanismos violentos para mantenerlo aun en contra de la voluntad de las mayorías.

En el caso de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini, si bien la izquierda no fue derrocada por estos regímenes, igual se inició una brutal persecución contra toda la militancia socialista y comunista.

EL CLERO-FASCISMO

El clero-fascismo fue una forma de fascismo desarrollada en países de fuerte ascendencia católica, cuyos regímenes actuaron en contubernio con las altas jerarquías católicas, apostólicas, romanas.

Es necesario recordar que el socialcristianismo fue una ideología política creada por el Vaticano con la finalidad de arrebatar el control de los sindicatos y toda clase de organizaciones obreras a la izquierda. El fundamento del socialcristianismo fue la encíclica Rerun Novarum del papa León XIII. Ahí se desvía por completo el planteamiento marxista de “lucha de clases” para convertir todo en una simple conciliación entre la clase empresarial explotadora, a la que se instaba a ser un poquito más condescendiente con la clase explotada de los trabajadores, que definitivamente debían aprender a contentarse con su suerte.
Entre los primeros regímenes considerados por el Vaticano como practicantes de la doctrina socialcristiana se encontraban nada más y nada menos que el dictador Francisco Franco, en España; el sanguinario dictador Ante Pavelic, en Croacia; el “Duce” Mussolini, en Italia; y poco después el no menos sanguinario Augusto Pinochet, en Chile, hasta llegar a los partidos socialcristianos contemporáneos que participan de manera democrática en los procesos políticos de cada uno de sus países.

EL FASCISMO EN VENEZUELA

En nuestro país, el fascismo germinó en su forma de “clero-fascismo” tanto a nivel de regímenes dictatoriales como a nivel de partidos políticos.

Las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez se caracterizaron por su fuerte represión a la disidencia, la persecución contra los militantes y partidos de izquierda, y por las grandes concesiones a la alta jerarquía eclesiástica católica en materia económica y jurídica. Las características anteriormente mencionadas son precisamente características del modelo político conocido como “clero-fascismo”.

De igual forma, el partido socialcristiano Copei fue fundado por Rafael Caldera, admirador y defensor en nuestro suelo de regímenes como el del dictador Franco en España. Era pública y notoria la admiración de Caldera por la dictadura franquista y su afinidad ideológica con los postulados de aquel régimen. Tan marcada era la admiración de Caldera por Franco al momento de fundar su partido Copei, que el símbolo del logo del partido era la punta de una falange, que era el símbolo de los franquistas durante la Guerra Civil española y posteriormente durante el régimen.

Llegados a este punto resulta difícil no recordar que el excandidato antichavista Henrique Capriles Radonski comenzó su carrera política en el partido Copei, al igual que varios de los dirigentes de su actual partido Primero Justicia. De igual forma, resulta difícil no observar la similitud existente entre la actual derecha venezolana y la ultraderecha (el fascismo) en varios momentos históricos, toda vez que hoy la derecha se niega a reconocer la victoria electoral de la izquierda y llama al desconocimiento de las instituciones. Pero además, resulta difícil no recordar sus recientes actuaciones fascistas como el golpe de Estado de 2002, sus marchas de las antorchas –marcha inventada por Hitler en la Alemania nazi– o la reciente quema de sedes del PSUV, un partido de izquierda tal como hicieran los fascistas en regímenes despóticos del pasado.

Hoy el fascismo en Venezuela quiere una guerra civil. Así podrían justificar una intervención extrajera contra nuestro pueblo, la cual buscan por medio de la incitación y la provocación a la violencia. El llamado es al pueblo a defender a nuestra Patria, pero, sobre todo, a no caer en la trampa de la violencia: cualquier escenario de violencia a quien beneficia es a la derecha y a la ultraderecha. Nosotros, la izquierda, somos gobierno, nadie más interesado que un gobierno en mantener la paz y la gobernabilidad en una nación, sobre todo en un escenario como el nuestro en el que se tiene a toda la prensa trasnacional en contra. Derrotemos al fascismo, pero derrotémoslo por medio de la paz.

02/05/13.- CiudadCCS
ILUSTRACIÓN UNCAS

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